Cómo ayudar a tu hijo a recuperar la motivación por aprender
A veces no es falta de ganas, ni de capacidad. Es que su mente está en otra parte.
Entre la presión, las pantallas, las comparaciones y el cansancio, muchos niños y adolescentes pierden la conexión con el sentido de aprender.
Y cuando eso pasa, lo que llega no es pereza: llega frustración, desánimo, enfado…
Y también padres preocupados, que no saben cómo motivar sin convertirse en “policías del estudio”.
En este blog te comparto una nueva mirada.
Cómo acompañar el aprendizaje desde la curiosidad y la calma, no desde la lucha.
Lo primero es entender que tu hijo no elige distraerse.
En muchas ocasiones, su mente se desconecta porque está saturada o estresada.
El sistema nervioso no distingue entre un examen y una amenaza. Si percibe presión, activa el modo defensa y bloquea la atención.
👉 Por eso, el primer paso no es insistir, es ayudarle a volver a la calma.
🔹 Asegúrate de que duerme bien, come equilibrado y tiene pausas.
🔹 Ayúdale a desconectar antes de estudiar (respirar, moverse, música suave).
🔹 Crea un ambiente sin juicios, donde el error se viva como parte del proceso.
El cerebro aprende mejor cuando siente curiosidad, no miedo.
Repetir ¡concéntrate! o ¡tienes que hacerlo bien! solo aumenta la tensión.
Cambia el foco:
En vez de, ¿Has aprobado? a ¿Qué has aprendido hoy?
En vez de, te falta esfuerzo, a veo que te has mantenido más tiempo concentrado, ¡bien hecho!
En vez de, otra vez te despistaste a ¿Qué te ayudó ayer a concentrarte mejor?
💡 Cada vez que reconoces su progreso, estás reforzando la motivación intrínseca.
Crea un ritual de inicio y cierre
Los niños y adolescentes necesitan estructura emocional para entrar en modo concentración.
Un ritual puede funcionar.
- Preparar el espacio para estar 20 minutos de estudio sin pantallas ni distracciones y 10 minutos de descanso sucesivamente
- Respirar tres veces juntos antes de empezar.
- Al terminar, comentar lo que ha aprendido o lo que ha hecho bien.
Así el estudio deja de ser una lucha… y se convierte en un espacio de confianza compartido.
No todos aprenden igual, ni por las mismas razones. Algunos necesitan comprender para qué sirve lo que estudian. Otros necesitan sentirse útiles o disfrutar del proceso.
Puedes preguntarle:
¿Qué parte te resulta más interesante de este tema?
¿Cómo podrías explicárselo a alguien de forma divertida?
¿Dónde podrías aplicar esto en tu vida?
Cuando el aprendizaje tiene sentido, la motivación nace sola.
El exceso de presión genera bloqueo. En cambio, la confianza de que tiene recursos genera rendimiento.
Sé que puedes, ya lo has hecho otras veces. Estoy aquí si necesitas ayuda.
Esas palabras activan una zona del cerebro relacionada con la calma y la apertura.
Cuando el niño siente apoyo en lugar de juicio, se atreve a intentarlo una y otra vez.Cuando el aprendizaje se vive desde la calma, la curiosidad vuelve. Y con ella, la motivación.
Porque aprender no es rendir, es descubrir.Con mucho amor,
Marta Chimisana
Asesora familiar | Coach infanto juvenil | Acompañamiento familiar | Crianza consciente | estudiar | conexión
